Capitulo I
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JULIO VERNE, ESE GRAN DESCONOCIDO
Aquella mañana de abril de 1897 Julio Verne se había levantado temprano. Una extraña sensación le rondaba la cabeza desde hacia varios días. Rompió su rutina habitual de trabajo y decidió leer la prensa mientras observaba el gentío a través de la ventana de su despacho.
Al pasar las primeras páginas de Le Figaro, no pudo evitar murmurar en voz baja. Allí, entre noticias políticas y las notas diarias sobre la creciente tensión internacional entre Estados Unidos Unidos y España por el contencioso de la isla de Cuba, apareció un reportaje que atrajo poderosamente su atención. Contuvo la respiración. La crónica hablaba de unos extraños sucesos que venían acaeciendo al otro lado del Atlántico y que tenían asombrada a toda la población. Desde hacía meses unas enigmáticas aeronaves sobrevolaban el Nuevo Continente, desplegando una tecnología desconocida hasta la fecha. Alguien parecía haber descubierto el secreto de la aviación...
Verne sonrió en silencio mientras dirigía su mirada al cielo despejado. El francés guardaba, desde hacía más de diez años, un secreto que, poco a poco, se estaba desvelando...
JULIO VERNE
Una vida excepcional
De todos es conocido que de la pluma del genial escritor galo nacieron algunas novelas que se adelantaron en decenas de años a futuros acontecimientos de carácter científico, como por ejemplo la conquista de la Luna, el submarino, la escafandra autónoma, los vehículos anfibios, los rascacielos, etc.
Pero, sin embargo, lo que pocos imaginan es que, más allá de estas «profecías» literarias divulgadas, el inmortal Julio Verne también incluía en sus obras otro tipo de «vaticinios» más profundos y más relacionados con el ocultismo que con la ciencia que tanto admiraba. Como veremos a lo largo de esta obra, Verne predijo sutilmente, en una de sus novelas menos conocidas, la llegada a nuestros cielos de unos misteriosos navíos aéreos tripulados por unos fantasmales aviadores que darían muchos quebraderos de cabeza a la sociedad norteamericana.
Sospechosamente, estas fortalezas volantes, minuciosamente descritas por la «imaginación» de Verne, nos recuerdan en muchos aspectos y situaciones a nuestros modernos y escurridizos Ovnis.
Quizás la novela más fantástica de toda su carrera esperaba paciente a ser descodificada, a que su secreto fuera despejado.... (...)