INCIDENTE CASH/LANDRUM... LA NOCHE DEL JUICIO FINAL
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En
ocasiones las personas que han denunciado el avistamiento de un OVNI han
sufrido en sus propias carnes las consecuencias de enfrentarse a este
enigmático fenómeno. Y es que, a veces, las secuelas físicas que han padecido
los testigos tras una interacción con los No Identificados o sus tripulantes,
han marcado profundamente sus vidas. Probablemente uno de los incidentes de
supuestas lesiones provocadas por un OVNI, mas documentados del mundo, sea el
protagonizado por 2 mujeres y un niño en los Estados Unidos. El suceso ocurrió
el 29 de diciembre de 1980, cuando Betty Cash (51 años), Vickie Landrum (57
años) y el pequeño Colby Landrum (7 años), tuvieron un encuentro cercano con
una extraña aeronave que les cambiaría por completo la vida. Aquella noche, sobre
las 21.00 horas, circulaban por una solitaria carretera (FM 1485) cerca de
Huffman, al este de Texas, cuando avistaron un enorme OVNI luminoso flotando
por encima de los arboles. Según Betty el objeto: “con forma de diamante y tan alto como una torre de agua” podría
medir 7,5 metros de altura por 3,5 metros de ancho, aunque para su compañera
aquel objeto tendría al menos 15 metros de altura por 7,5 metros de anchura.
Tenía un color “gris metálico opaco”,
según Vickie, con unas luces azules en su centro y emitía un “sonido poderoso como un lanzallamas”
intercalado con “pitidos” intermitentes. La fuerza de las llamas y la
extraordinaria luminosidad desprendida por el objeto hacía casi imposible
distinguir con claridad los detalles del aparato. Las testigos también
distinguieron un olor “como el gas de los
encendedores”.
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Betty Cash y Vikie Landrum fueron protagonistas de uno de los incidentes mas polémicos ocurridos en los Estados Unidos. |
El OVNI aunque estaba
a unos 40 metros de distancia de los testigos había elevado enormemente la
temperatura en el interior del vehículo. La Sra. Cash detuvo el coche ante los
gritos de Vickie que le decía que si se acercaban se quemarían por completo.
Betty aseguraría más tarde que: “sentí
que me estaba quemando por dentro. La luz me cegaba tanto que no era capaz de
ver para mover el automóvil hacia atrás y tenía miedo de moverlo hacia adelante,
más cerca del objeto”. En aquel momento, el artefacto se había aproximado a
los testigos situándose sobre el asfalto a unos 7 metros de altura y
obstruyendo el paso de la carretera con sus potentes llamaradas. En un primer
instante, la Sra. Landrum, de fuertes convicciones cristianas, pensaba que
aquella luz obedecía al “retorno de
Jesucristo a la tierra”, de hecho le dijo a su nieto que: “Ese es Jesús. Él no nos dañará”. La
imagen resplandeciente en la oscura noche destacaba sobremanera en el firmamento
asustando y desconcertando por completo a las dos mujeres. En esos momentos,
Vickie bajo del coche comprobando que los alrededores del OVNI estaban
fuertemente iluminados “como si todo el
bosque estuviera quemándose”. Desde el exterior del automóvil era más
evidente, aún, la intensa ola de calor desprendida por el artefacto, pese a que
la temperatura en la zona era de 4´5 grados. En una entrevista concedida a los
capitanes de la USAF, Terry Davis y John
Camp, en agosto de 1981, en la base de Bergstrom, Betty dijo que: “Caminé hacia la parte delantera del coche y
la luz era muy brillante, además ... el calor era tan intenso, que no sabía si
correr, para volver al coche … y me quedé allí durante pocos minutos. No mucho
tiempo porque estaba tan caliente y la luz era tan brillante” que
“quemaba” los ojos”.
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Vehículo de las testigos. |
De la parte
inferior del “diamante de fuego” emanaban, a intervalos regulares, un flujo
intenso de llamaradas de color rojizo-naranja. Tal era la magnitud del calor
que procedía del objeto que cuando Betty regreso a su coche apenas podía tocar
la manija de la puerta y tuvo que ayudarse del abrigo para poder entrar de
nuevo al vehículo, además las huellas dactilares de la testigo quedaron
impresionadas en el salpicadero debido a la alta temperatura que también se
registraba en el interior del vehículo que hizo que algunas partes de plástico
estuvieran casi derretidas. Vickie también bajo del coche, pero los
llamamientos de su nieto hizo que sólo estuviera unos 2 minutos en el exterior.
Cuando finalmente el OVNI comenzó a desplazarse, después de 10 minutos
estacionario, las mujeres continuaron su marcha observando en la distancia las
evoluciones del “diamante”.
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El artefacto emitía potentes llamaradas por su parte inferior. Su luminosidad era tal que impedía ver con definición al objeto. La luz del presunto OVNI quemaba los ojos. Imagen Chris Lambright. Gentileza del investigador Curtis Collins. |
Pero lo más desconcertante de la experiencia es
que, en esos momentos, las testigos afirmaron que irrumpieron en escena
alrededor de 23 helicópteros, algunos de ellos lo identificaron posteriormente
como los CH-47 Chinook, utilizados tanto por el Ejército como por la Infantería
de Marina de los Estados Unidos. La Sra. Cash informó a los investigadores que los
helicópteros parecían querer rodear al “diamante de fuego”. El objeto y los
helicópteros se alejaron en la noche. El investigador John Schuessler, autor
del libro “The Cash-Landrum UFO Incident” (1998), logró encontrar más testigos
del increíble incidente. Jerry MacDonald, un constructor petrolífero que
aquella noche desde el patio trasero de su domicilio observó: “una especie de forma triangular o de
diamante (…) con dos antorchas paralelas que despedían llamas azuladas en su
parte posterior” mientras pasaba por encima de su casa. Schuessler también
localizó a un oficial de policía de Dayton, L.L. Walker que había visto:
“helicópteros que estaban volando en formación de tres, iluminando el suelo con
focos como si estuvieran buscando algo. Una segunda formación los seguía a unos
5 kilómetros”. Belle Magee empleada de
una panadería recuerda que aquella noche a unos 13 kilómetros de Dayton observó
una potente luz en el cielo volando en dirección a New Caney. John Shuessler
indicó que el pavimento en el lugar donde supuestamente estaba flotando el
objeto estaba derretido, aunque no pudo detectar radioactividad en la zona ni
en el coche de las testigos. Sin embargo algunos investigadores indicaron que
las radiaciones ionizantes de alta energía pueden provocar daño en los seres
humanos y no ser detectables en el aérea de acción.
Por su
parte la USAF realizó una investigación oficial, a través del “Inspector
General del Ejercito” el teniente general George Serran que entrevistó a la
Betty Cash, Vickie Landrum y al oficial de policía llegando a la conclusión en
su informe que las testigos: “son
creíbles… El policía y su esposa son también testigos creíbles. No hubo
percepción de que los testigos estuvieran tratando de exagerar la verdad. Todos
aquellos entrevistados se mostraron extremadamente cooperativos y dispuestos a
ayudar de cualquier forma. En el curso de las pesquisas, el oficial
investigador trató de concentrarse en la razón de cualquier entidad u
organización que pudiera haber tenido helicópteros volando aquel atardecer. No
hubo ni se presentó ninguna evidencia que pudiera indicar que helicópteros del
Ejército, la Guardia Nacional o la Reserva del Ejército estuvieran
involucradas”.
RADIACION LETAL
Tras esta
experiencia las mujeres sufrieron unas terribles secuelas físicas. Esa misma
noche, Betty Cash además de sufrir vómitos, comprobó estupefacta que su piel
estaba completamente roja, sobre todo el
cuello, la cara y el cuero cabelludo que también se vieron salpicadas de
ampollas. Las quemaduras eran parecidas a las sufridas por una larga exposición
al sol sin ningún tipo de protección y los primeros síntomas aparecieron apenas
30 minutos después de presenciar el vuelo de aquel extraño objeto. Las ampollas
tenían el tamaño de una pelota de golf sobre el cuello y la cara, donde incluso
le cubrían el parpado.
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Algunos sectores de la prensa no dudaron en calificar el suceso como un "ataque" OVNI sobre los testigos. |
Al día siguiente casi estaba muy débil y no podía
moverse de la cama. Cuando Betty fue atendida por los médicos ocultó, por temor
al ridículo, su extraordinario avistamiento, dificultando a los facultativos
delimitar y focalizar el origen de sus graves molestias. Sin embargo al final
llegaron a la conclusión que la Sra. Cash estaba afectada por una radiación
aguda, que le obligó a estar varias semanas hospitalizada. Además, para
comprobar el impacto físico del suceso sobre Betty, hay que señalar que días
después del incidente, la mujer perdió casi la mitad del cabello de la cabeza y
tuvo diferentes erupciones en la piel, algunas del tamaño de una moneda grande,
que dejaban cicatrices permanentes. A su vez, Vickie y Colby tuvieron diversos
problemas dermatológicos y su piel parecía más indefensa ante las infecciones a
raíz del avistamiento. Aunque quizás la lesión más grave sufrida por Vickie
haya sido a nivel oftalmológico, ya que su vista se vio gravemente afectada con
el paso del tiempo, de hecho sus ojos estuvieron lagrimosos e irritados durante
3 meses. Sus párpados se infectaron muy rápidamente y nunca se han recuperado
del todo. Su nieto también ha tenido problemas pero a menor nivel. Recordar que
Betty estuvo alrededor de 10 minutos expuesta al objeto fuera del vehículo,
Vickie 2 minutos y Colby no llegó a descender en ningún momento del coche, por
lo que las consecuencias sobre los testigos variaba, manifiestamente, en
función del tiempo de exposición directa al OVNI. Como detalle interesante los
médicos señalaron que unas semanas después del suceso, Vickie había perdido
cerca del 30% de su cabello y tenía grandes parches de calvicie en la cabeza.
Cuando el pelo volvía a crecer era de una textura diferente más fino y rizado
que el original. Su nieto Colby solo perdió una pequeña porción de pelo de la
coronilla. En agosto de 1981, Vickie Landrum, debido a los diferentes daños
ocasionados por su exposición al inquietante OVNI, pasó de pesar 62 kilográmos a
50 kilógramos en 8 meses (12 kilogramos de perdida).
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La Sra. Landrum muestra a la prensa la perdida de cabello que sufrió a los pocos días del incidente. |
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Las testigos sufrieron diversas y notorias secuelas físicas tras su inusual encuentro cercano. |
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La Sra. Landrum sufrió unas extrañas "quemaduras" que fueron visibles durante largo tiempo. |
Los médicos
que atendieron a los testigos también llegaron a la inquietante conclusión que
aquella noche estuvieron expuestas a algún tipo de radiación que les causó
diversos males como: "quemaduras, lesiones
oculares, pérdida de cabello, ulceras de piel, diarrea y vómitos". En
septiembre de 1991 el médico personal de la Sra. Cash, el Dr. Brian McClelland,
dijo al Houston Post que su estado era "un
caso de libro" de envenenamiento por radiación comparable a estar a
unos "5 u 8 kilómetros del epicentro
de Hiroshima”. Un radiólogo escribió en un informe en poder de la MUFON
(Mutual UFO Network): “Tenemos fuertes
evidencias que estos pacientes han sufrido daños secundarios producidos por una
radiación ionizante. También es posible que haya habido un componente
infrarrojo o ultravioleta.” Según los expertos la exposición a altas dosis
de radiación ionizante puede causar: "quemaduras de la piel, caída del
cabello, náuseas, enfermedades e incluso
la muerte. Los efectos dependerán de la cantidad de radiación ionizante
recibida y de la duración de la irradiación, y de factores personales tales
como el sexo o la edad”. Aunque otros especialistas, como Brad Sparks, indica
que pese a la similitud de los síntomas, las testigos no pudieron estar
expuestas a una radiación ionizante, ya que hubiesen muerto a los pocos días
teniendo en cuenta la premura con la que se presentaron las primeras señales.
Sin embargo, Sparks señala que, a su juicio, lo más probable es que estuvieran
expuestas a algún tipo de contaminación química, quizás un aerosol.
La más afectada fue precisamente Betty Cash,
que permaneció mayor tiempo frente al OVNI, unos 10 minutos a una distancia de
40 metros. Su salud se debilitó enormemente desde aquél día, hasta el punto de
sufrir un cáncer de mama. A lo largo de los años sufrió varias
hospitalizaciones graves, hasta que en noviembre de 1998, la señora Cash sufrió
un derrame cerebral, del que no se recuperó totalmente, falleciendo a los 69
años, el 29 de diciembre de 1998, justamente 18 años después de su fatídico
encuentro.
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El investigador John Schuessler con los testigos en el lugar del avistamiento. |
El Dr.
Brian McClelland, estaba convencido que las mujeres tenían contaminación por
radiación a unos niveles de 2/3 gray (Gy), teniendo en cuenta que un nivel de
más de 5 Gy conduce a la muerte en unas dos semanas. La Oficina de Control de
Radiación del Departamento de Salud de Texas inició una investigación que nunca
se hizo pública. Como evidencia que los problemas de salud estaban en clara
correspondencia con la exposición con el artefacto, la Sra. Landrum que cuando
salió del vehículo apoyó su mano sobre el techo, desarrollo una extraña
enfermedad solo en 4 dedos de esta extremidad. Concretamente, el Dr. Niemtzow,
descubrió que las uñas de estos dedos habían desarrollado “líneas de tejido muerto” de forma similar a los pacientes de
cáncer tratados con quimioterapia. Lo curioso es que el Dr. McClelland declaró
que una fuente interna le informó que el OVNI observado por las mujeres era una
aeronave nuclear experimental llamada WASP II. El Dr. Joseph Allen Hynek
afirmaba sin tapujos que: “se trataba de
un hecho real, pero no sabemos si se trata de una maniobra del gobierno o de la
aparición de un OVNI”. Para concluir: “algo
ocurrió, eso es bien seguro. Esas mujeres no se arrancaron el cabello ni se
cegaron a sí mismas”.
LA IMPLICACION MILITAR
El hecho
que el OVNI estuviera acompañado por helicópteros militares hizo que las
testigos pidieran explicaciones y responsabilidades al gobierno de los Estados
Unidos al considerar que podría tratarse de algún tipo de prototipo
experimental que se le fue de las manos. De hecho en la entrevista mantenida
con los oficiales de la USAF, la Sra. Cash fue tajante al señalar que los
helicópteros tenían los distintivos de la USAF. Por ello, en agosto de 1986, la
Sra. Cash y la Sra. Landrum presentaron una demanda civil contra el gobierno
estadounidense reclamando 20 millones de dólares por los daños sufridos por lo
que consideraban un artefacto propiedad del ejército. El juez de Tribunal Ross
Sterling sobreseyó el caso después de que el ejército, la armada, la USAF y la
NASA informaran que no disponían de ningún tipo de dispositivo como el descrito
por las testigos. Schuessler cree que existe una campaña deliberada para
ocultar información cuando dice que: “los
médicos no querían hablar demasiado por miedo a infligir el principio de confidencialidad
del paciente, aunque creían que las lesiones eran autenticas. También me
entrevisté con generales y congresistas, quienes me dieron un sinfín de
respuestas. La mayoría de ellas contradictorias o mentiras descaradas. Todo eso
me hizo pensar que estaba ante un caso importante, porque las altas jerarquías
hacían lo indecible para negarlo”.
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La implicación de helicópteros militares en el incidente, provocó que desde un primer momento las miradas apuntaran hacia el gobierno estadounidense como responsable del suceso. |
El abogado
encargado de la demanda, Peter Gersten, coincidiendo con la muerte de una de
sus clientes, la Sra. Cash en 1998 afirmó en una nota pública que: “En 1981 representé a tres personas en una
demanda contra el Gobierno de Estados Unidos por lesiones producidas por el
contacto con un objeto aéreo inusual.
Betty Cash, Vickie Landrum y Colby Landrum son las únicas tres personas
que han demandado a nuestro gobierno por las lesiones provocadas por un OVNI.
Betty Cash era una luchadora y una heroína. Ella luchó contra el gobierno de
los EE.UU. e, incluso en la derrota, demostró un espíritu y tenacidad que ahora
será su epitafio. Rendimos homenaje a
una mujer muy valiente... y una víctima de la insensibilidad de este gobierno
con los derechos de la persona”. Para algunos especialistas, aquella noche
las testigos se toparon con una aeronave militar secreta de forma lenticular
denominada LVR. La propulsión de este
vehículo consistía en dos motores de cohetes nucleares. El proyecto se clasificó como secreto desde
su creación en 1962 hasta el 28 de diciembre 1999, cuando fue autorizada para
su desclasificación. Sin embargo el gobierno sigue negando cualquier tipo de
vinculación con este enigmático y letal incidente.
UN “DIAMANTE DE FUEGO” SIN DUEÑO...
Pese a
todo, a lo largo de los años, las conjeturas sobre el artefacto que ocasionó
las graves lesiones a los testigos no han dejado de crecer. La participación o
implicación del ejército estadounidense ha hecho especular a diversos
investigadores sobre la naturaleza del misterioso “diamante”.
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Un sospechoso. EL Delta Clipper ó DC-X, fue un vehículo experimental, diseñado por McDonnell Douglas, y era capaz de despegar y aterrizar verticalmente. Aunque las primeras pruebas oficiales se realizaron en 1993, es probable que las primeras experiencias fueran secretas y muchos años atrás. |
Desde el
prototipo secreto, hasta la prueba en vuelo de un verdadero OVNI recuperado por
los militares y que por error salió del campo de pruebas. La existencia en el
lugar de un gran número de helicópteros hace pensar que debió de tratarse de
una operación planificada con anterioridad. Sin embargo, sigue habiendo
investigadores que sostienen que los testigos realmente observaron las
evoluciones de un OVNI y su seguimiento por parte de los helicópteros militares
que fueron enviados para interceptarlo. El ufólogo John Schuessler está
convencido que: “el caso era genuino. Cash y Landrum vieron un OVNI (que quizás
estuviera en dificultades o no). El ejército desplegó una flota de helicópteros
para seguirlo.” Sin embargo, Curtis Collins, uno de los investigadores que
mejor conoce el caso, ofreció su punto de vista al autor del presente reportaje:
“Este es un caso fascinante, pero sus
incógnitas son muchas. No hubo ninguna investigación oficial por parte de la
policía o de la Fuerza Aérea, sólo las emprendidas por los investigadores OVNIs
dirigidos por John F. Schuessler. En el estudio de este incidente, es evidente
que casi todo nuestro conocimiento es imperfecto, basado en la información
altamente “selectiva” ofrecida por Schuessler. La historia central del evento
es bastante cercana a lo que informaron los testigos, pero el análisis de las
supuestas lesiones, rastros físicos, pruebas y testigos secundarios, todos
tienen graves problemas probatorios. Schuessler y su equipo eran ingenieros
aeroespaciales con amplios conocimientos, pero poco profesionales como
investigadores. Debido a sus ideas preconcebidas como defensores de los viajes
espaciales extraterrestres, entraron en el caso buscando encajar los
acontecimientos en su paradigma OVNI. Otro sesgo se ha introducido en el
evento, la de los propios testigos. Se negaron a considerar cualquier otra
respuesta además de la teoría de la prueba militar. El caso es digno de
estudio, pero el primer gran paso es reconocer que se ha convertido en una
leyenda. Para llegar a la verdad tenemos que eliminar las capas del mito”.
Al margen
de estas especulaciones, las terribles secuelas físicas que han acompañado a
los testigos son la mejor evidencia de que a veces los encuentros con OVNIs
tienen consecuencias nefastas para el ser humano ajenas a las discusiones sobre
su realidad o no. Pese a que en este incidente aun estar por determinar quién
puede estar detrás de estos “daños colaterales”, o una fuerza desconocida o el
ejercito de las barras y estrellas...
JOSE ANTONIO CARAV@CA
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