El DIARIO SECRETO DE DELLSCHAU
¿DESCIFRADO EL ENIGMA DE LA OLEADA AIRSHIP?
El investigador Peter Navarro, fue el primer
investigador que sugirió que el posible responsable de gran parte de los
avistamientos de la AirShip ocurridos en los Estados Unidos entre los años 1896
y 1897, y protagonizados por unos enigmáticos “dirigibles” tripulados por
desconocidos y nunca localizados inventores, fue el misterioso “inventor” alemán
Charles Albert Dellschau, fallecido en 1924 y al que rodea una enigmática y fantástica historia, que
nada tiene que envidiar a un relato de Julio Verne.
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El enigmático Albert Dellschau... autor del no menos intrigante diario |
En 1969, durante la celebración en la Universidad
de Saint Thomas (Houston) de una exposición sobre
aeronáutica, Navarro halló un antiguo álbum con recortes y notas
coloristas pertenecientes a un desconocido autor. En las amarillentas páginas
de aquellos documentos, que se asemejaban a un diario personal, se observaban
naves aéreas dibujadas con una exquisita precisión, enmarcadas entre recortes
de prensa de la época referidos a la incipiente ciencia aeronáutica.
Tras ponerse en contacto con la familia de
Dellschau, el investigador logró reconstruir parte de la vida de este insólito
y desconocido personaje que parecía albergar un gran secreto.
EL AERONAUTA DESCONOCIDO
Así pudo seguir la pista de Albert Dellschau, hasta
1850, año en el que se instaló en el pueblo minero de Sonora (California). Tras
entablar amistad con varias personas fundó la sociedad Aero-Club, destinada al
desarrollo de naves aéreas en total clandestinidad. Dicha agrupación,
constituida principalmente por compatriotas germanos, consiguió desarrollar una
sustancia denominada como “NB”, que podía eliminar con suma facilidad la fuerza
de la gravedad. El “NB” era un potente “gas” verde, desconocido hasta la fecha
para la ciencia y capaz de elevar imponentes navíos aéreos.
Aunque de forma codificada y escrito en inglés y
alemán, en los documentos de Dellschau, formado en total por ocho cuadernos, se
dejaba entrever que varias máquinas voladoras fueron probadas con éxito sobre
los cielos de California en la lejana
fecha de 1860. Curiosamente, Dellschau nunca se dibujó en el interior de las
aeronaves, aunque en las bellas ilustraciones que acompañan al texto aparecen
representadas varias personas, vestidas como los caballeros de la época.
Dellschau decía ser el secretario de la enigmática agrupación, que siempre se
mantuvo en el anonimato. Las máquinas reciben varios nombres, tales como Aero-Trump,
Aero-Schnabel, Aero-Maria, Aero-Smith, etc. Uno de los múltiples dibujos que
componen el extraordinario diario de Dellschau cuenta la malograda historia del
Aero-Goeit, pilotado por un inexperto socio llamado Adolf Goetz, que tras
estrellar el dirigible contra un árbol, falleció al quebrarse el cuello.
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Uno de los misteriosos diarios... |
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Las paginas del diario contienen, además de coloridos dibujos y notas manuscritas, recortes de prensa de la época. |
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Los investigadores que han estudiado el enigmático legado de Dellschau no se ponen de acuerdo, si obedece tan sólo a la imaginación del autor o si por el contrario es un diario de las actividades secretas de un grupo de pioneros aeronautas desconocidos. |
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Ejemplo de una de las aeronaves creadas por el supuesto grupo secreto de aeronautas del que Albert Dellschau era secretario |
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Otra aeronave descrita en las paginas de los documentos hallados por el investigador Peter Navarro |
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No hay dudas que Dellschau fue autor de una obra cuidadosa y brillantemente elaborada |
Los investigadores también han podido saber,
estudiando los manuscritos, que el Aero-Club desarrolló más de
cien aeronaves distintas. Uno de los miembros del club, Jacob Mischer, no era
partidario de mantener el asunto en silencio, y decidió hacer público el
notorio descubrimiento, pero, al día siguiente, “pereció en una explosión”
mientras pilotaba su Aero-Gander. En el cuaderno de Dellschau, auténtico
incunable para coleccionistas de rarezas, por cuyas páginas se ha llegado a
pagar unos nueve mil euros, también se describe que la aeronave denominada
Aero-Goeit se podía camuflar como un carro de gitanos para realizar sus
desplazamientos por carretera sin llamar la atención.
La vasta empresa fue financiada por un no menos
misterioso grupo denominado NYMZA. El “secretario” estaba seguro de que su
trabajo no sería comprendido y, por ello, escribió sus notas en clave,
manteniendo el genial invento en total secreto, tras unos pocos vuelos de
experimentación. En uno de los volúmenes que componen la obra de Dellschau,
Navarro encontró una frase que le dejó
perplejo: “TOS WILSON Y CO”, ¿quizás Wilson y compañía o equipo de
vuelo? ¿Sería el misterioso y renombrado
sediento Wilson, presente en algunos avistamientos de la AirShip, miembro del
Aero-Club de Dellschau?.
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Samuel Escue Tillman era profesor de química en la
mítica academia militar de West Point y es señalado por el investigador Michael Busby
como el posible enlace militar del grupo de Dellschau.
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Años después de sus inicios, Dellschau se trasladó
a Houston con la intención de fundar una filial del Aero-Club. Pero tras la
muerte en 1860 del destacado miembro Peter Mennis, autor de la formula “mágica”
para elevar los aparatos del Aero Club, el grupo se disolvió tan en secreto
como se había formado. Esto y poco más logró averiguar Navarro sobre el anónimo
secretario, que quizás pudo reflejar parte de sus vivencias en estos escritos,
o simplemente dar rienda suelta a su imaginación. Sin embargo el descubridor de
los documentos del germano estaba convencido que podía tener alguna relación
con los múltiples avistamientos de aeronaves observadas en el binomio de
1896/1897.
NYMZA Y LA CONJURA DEL GOBIERNO
Más lejos en sus afirmaciones que Navarro, el
investigador Michael Busby autor del libro “Solving the 1897 Airship Mystery”.
Quién asegura en las páginas de su obra que los cientos de avistamientos
denunciados en aquellas fechas fueron producidos por las pruebas secretas de un
grupo “clandestino” del ejército estadounidense vinculado al grupo de
Dellschau. La historia arranca cuando Albert Dellschau llega a Texas en 1895,
uno de los futuros epicentros de la oleada, y decide retomar la idea del
aeroclub en compañía de antiguos miembros como Charles A. Smith y Willard
Willson. El financiero de toda la
operación, según Busby, fue William Randolph Hearst , hijo del antiguo benefactor del
grupo George Hearst, y magnate de la prensa . En ésta ocasión se unen
al colectivo Samuel E. Tillman y el profesor Amos Emerson Dolbear, que
curiosamente son citados en un encuentro de la AirShip ocurrido en
Stephenville, y que aseguraron a los testigos que su proyecto era financiado
por gente de Nueva York. Michael Busby sigue esta pista y confirma que Dolbear
era profesor en la Universidad de Massachussets, siendo una de sus
especialidades los motores eléctricos. Por su parte Samuel Escue Tillman era
profesor de química en la mítica academia militar de West Point y es señalado por
el autor norteamericano como el posible
enlace militar del grupo ya que en la fecha de los avistamientos, la primavera
de 1897, se hallaba, según documentos
oficiales en “misión especial”. El ejército estaría muy interesado en las
pruebas que se estaban realizando y sobre todo en las aplicaciones bélicas de
los inventos del aeroclub.
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Otro de los personajes asociados a la trama de Dellschau es el profesor Amos Emerson Dolbear, profesor en la Universidad de Massachussets, y especialistas en motores eléctricos. |
Para Busby
queda claro que los vuelos de los prototipos de Dellschau y sus colegas fueron
los que recogieron la prensa y que nada
de extraño o anómalo hay en ellos, más que las intenciones de un nutrido grupo
de personas por desarrollar una ingeniería aeronáutica en secreto y con fines
militares para fortalecimiento de su nación. En su libro, el ingeniero
aeronáutico e historiador, no incluye ninguno de los episodios más enigmáticos de la oleada
Airship, ni encuentra respuestas para algunos de los comportamientos de sus
tripulantes, así como tampoco sabe que decir ante los episodios donde los
ocupantes de las aeronaves fueron descritos como de apariencia no humana. Sin olvidar
que muchas de las maniobras realizadas por la Airship y observadas por cientos
de testigos, no podían ser reproducidas por un dirigible convencional.
EL ACCIDENTE DE AURORA
Pero uno de los puntos más controvertidos de la
teoría de Michael Busby, es cuando afirma que el conocido incidente de Aurora
(19/04/1897), donde se registró el supuesto estrellamiento de una de estas
aeronaves y la recuperación del cuerpo de un piloto “no humano” y enterrado en
la localidad texana, fue provocado por el accidente mortal de uno de los
dirigibles del aeroclub. Busby concluye que su tripulante fue enterrado en el
pueblo, otorgándole inexplicablemente la gente del lugar una ridícula e
infundada procedencia extraterrestre, tal vez por encontrase el cuerpo
totalmente carbonizado tras el percance.
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Busby esta convencido que la aeronave que se estrelló en la localidad de Aurora era uno de los ingenios descritos en los diarios de Dellschau.. |
Sus conclusiones se basan en un
registro de hotel del 22 de abril de 1897, donde se confirmaría, según la
hipótesis de Busby, que los conocidos
Tillman y Dolbear estaban en Nueva Orleans, posiblemente tras estar varios días
por la zona buscando a su compañero desaparecido en uno de los dirigibles
secretos. Aunque hay que anotar el citado hotel estaría a casi 800 kilómetros
de Aurora. En su empeño por aclarar el misterio que rodea el episodio del
estrellamiento de Aurora, Busby menciona algunos avistamientos recogidos por la
prensa, en las fechas cercanas al siniestro, en las cuales varias aeronaves
parecían estar rastreando con potentes reflectores una amplia zona de Texas, en
labores, según el polémico libro, de búsqueda de su compañero. Dato un tanto
absurdo, puesto que, evidentemente, podían haber realizado la misma operación y
en infinitas mejores condiciones a pleno sol,
ya que como se demuestra a lo largo de la oleada, los ocupantes de la
Airship no temían, para nada, que los observaran desde tierra. Otra de las
arriesgadas afirmaciones de Michael Busby, sugiere que el famoso acorazado
norteamericano USS Maine, hundido en la bahía de la Habana en 1898
(supuestamente por un torpedo español, y que sirvió como pretexto para declarar
la guerra a España), fue en realidad bombardeado desde el aire por los miembros
del aeroclub, en un acto heroico y patriótico para provocar el conflicto
armado. Busby pasa por alto las pesquisas modernas que han concluido, que lejos
del sabotaje español, el hundimiento del Maine fue provocado por una explosión
en el interior del barco que aún está por determinarse si fue accidental o
provocada…
UN ENIGMA HISTORICO
Pero la teoría del ingeniero aeronáutico tiene más incógnitas
por aclarar. La fabricación de motores eléctricos y potentes reflectores
capaces de iluminar el suelo como si fuera de día, desde centenares de metros
de altura, cuando no kilómetros, demuestra que aparte de grandes inventores de
aeronaves, los integrantes del aeroclub estaban a la vanguardia del suministro
eléctrico, baterías eléctricas e invención de “bombillas”. En éste sentido, hay
que añadir que el supuesto “foco” produciría una ingente energía calórica que
podía poner en grave riesgo el contenido gaseoso del dirigible al elevar la temperatura del mismo. Por
no mencionar que al tamaño descrito de algunas aeronaves, que podría rondar la
decena de toneladas, habría que añadirle, según las apreciaciones de Busby, más
maquinaria extra que no haría sino dificultar aún más el poder vencer a la gravedad. Cosa que
preocupaba poco o nada a los “amigos” de Dellschau a tenor de todas estas
informaciones.
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Uno de los extraños dibujos del diario... |
Para algunos investigadores, la hipótesis Dellschau
representa una clara pista para resolver el enigma de la
intrigante oleada AirShip. Según estas pesquisas gran cantidad de los
avistamientos, producidos en aquellos años, podrían ser los ingenios
representados en los documentos del insólito alemán. Por tanto, para estos
estudiosos, el asunto de las naves aéreas no sería un enigma, sino el resultado
de unas experiencias aeronáuticas ignoradas por la ciencia de la fecha.
Pero, sin embargo, hay que tener en cuenta varios
detalles importantes, que hacen sospechar de la veracidad del contenido de los
documentos de Dellschau. Para empezar hay que decir que la teoría del
Aero-Club, tal y como se desprende de la lectura de los diarios, se asienta en
la existencia de una “sustancia” o “gas”
designada como NB, desarrollada en secreto en el seno del grupo, capaz de
“autosostenerse en el aire” y facilitar considerablemente la navegación aérea,
sin importar el tamaño ni el peso de la máquinas a elevar. Los relatos se
sitúan en 1860, casi cuarenta años antes de la oleada AirShip, y Dellschau,
según indagaciones conducidas por Peter Navarro, pudo acabar el contenido de
sus diarios en el año 1923...
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Tampoco falta indescifrables símbolos en las paginas del diario de Dellschau |
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¿Volaron realmente estos artefactos? |
Los dibujos de Dellschau, o mejor dicho las
ilustraciones coloristas de sus cuadernos, no son dibujos técnicos, ni
esquemáticos, ni descriptivos para fabricar ningún tipo de máquina aérea. Los
oficios conocidos de Dellschau, carnicero, entre otras cosas, apuntan precisamente a su falta
de conocimiento científico. El solo detalle de que los AirShip poseyeran
multitud de luces, incluyendo un potente foco para iluminar el suelo,
representaría que, además de fantásticas innovaciones en el área de la
aeronaútica, el Aero-Club poseía sobresalientes conocimientos en electricidad y
almacenamiento de energía.
Además, según los defensores de esta tésis, el
asunto fue llevado en el más estricto secreto por los colegas del Dellschau.
Esto no cuadra con las decenas de casos en que los testigos vieron cómo la
tripulación de la AirShip estaba compuesta por personas de todas la edades,
incluyendo ancianos, mujeres y niños, lo que indicaría que los familiares de
los supuestos científicos intervenían en las pruebas. Además, en contra del
argumento de la clandestinidad, estaría la extremada confianza con la que los
pilotos de la AirShip se mostraban ante el público, invitando incluso a hombres
armados a viajar en sus aparatos.
La serenidad de los misteriosos aeronautas era tal,
que incluso la navegación aérea nocturna, considerada en aquellas fechas, y
hasta muchos años después como la práctica más arriesgada, por los lógicos
peligros que conllevaba, era ejecutada por los miembros del Aero-Club con una
soltura desmedida, con peligrosísimas aproximaciones a tierra y caídas en
picado.
Por no hablar de las asombrosas prestaciones
técnicas desarrolladas por aquellos “dirigibles” de finales del siglo XIX, que
no han podido ser superadas jamás por ningún otro tipo de dirigible en la
historia de la navegación aérea. Ni siquiera por la famosa aviación alemana,
que desarrolló los más sofisticados dirigibles de armazón rígido. Sin hacer
mención a que algunas proezas adjudicadas a la AirShip son imposibles de
realizar por un dirigible...
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Otro de los dirigibles incluidos en los diarios |
La teoría Dellschau deja un buen número de
preguntas sin respuestas: ¿siguieron los miembros del Aero-Club experimentando
tras aquellos impetuosos años de éxito? Por lógica, hoy día deberían estar a la
vanguardia de la aeronáutica. ¿Por qué los periodistas de la época no pudieron
seguir la pista del Aero-Club, ni de ningún otro inventor?, ¿por qué cuando la
prensa averiguaba algo sobre un hipotético “propietario” de la AirShip todo el
asunto quedaba desmontado?, ¿cuántos aparatos tenían funcionando?, ¿cómo pudieron
recorrer tantos kilómetros y pasar de un estado a otro con una rapidez sólo
equiparable a nuestros modernos jets?, ¿fueron los amigos de Dellschau los
causantes de los avistamientos producidos años después en Gran Bretaña y
Australia, y que prácticamente están calcados de los incidentes
norteamericanos?, ¿son los documentos de Dellschau un diario ficticio ilustrado
con la imaginería técnica de la fecha?...
Pese a todo, estos diarios se han
unido para agrandar aún más, si cabe, uno de los mayores enigmas históricos de
finales del Siglo XIX…
JOSE ANTONIO
CARAV@CA
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