CUANDO VEIAMOS PLATILLOS VOLANTES...
El
24 de junio de 1947 el piloto civil Kenneth Arnold (1915/1984) a bordo
de una avioneta Callair colaboraba en las tareas de búsqueda de una avión
militar desaparecido cuando, sobre las 15:00 Horas, observó el vuelo de una formación
de 9 aeronaves muy brillantes sobre el Monte Rainier (Washington).
Posteriormente Arnold relató a los periodistas, que los objetos no eran aviones
convencionales, no tenían cola y eran muy planos. Aquellos extraños artefactos
que el piloto de Minnesota no supo identificar volaban aproximadamente a una
altura de 10.000 pies desplazándose a una velocidad estimada de unas 1.500
millas por hora (2.400 Km/h), con un movimiento parecido al que haría un plato
arrojado sobre la superficie del mar. Esta afirmación del piloto fue la que
llevó a la prensa a bautizar a los objetos como "platillos volantes",
al confundir los reporteros el movimiento de las aeronaves con su forma. La
primera nota de prensa emitida sobre el incidente describía algunos detalles
del avistamiento de Arnold, incluyendo este significativo y a posteriori transcendental
error: “Nueve objetos brillantes con
forma de “plato” volando a increíble velocidad a una altura de 3.000 metros
(10.000 pies) fueron reportados ayer (Junio 24, 1947) por el piloto Kenneth
Arnold en Boise, Idaho quien desestimó especular acerca del origen de los
mismos. Arnold, empleado del Servicio Forestal de los EE.UU. se encontraba
abocado a la búsqueda de un aeroplano perdido cuando observo los misteriosos
objetos el día jueves a las 15:00 hs. Los objetos volaban entre el Monte
Rainier y el Monte Adams en el estado de Washington, según afirmó, y parecían
hacerlo en formación. Arnold indicó haber cronometrado su vuelo y estimó que se
desplazaban a una velocidad de cercana a los 2.000 kilómetros (1.200 millas)
por hora. Interrogado en Yakima (Washington) acerca del suceso manifestó estar
perplejo pero añadió haber conversado con una persona que no identificó
procedente de Ukiah (California) quien le aseguró haber visto objetos similares
el 22 de junio sobre las montañas de
Ukiah. “Parece imposible, añadió Arnold, pero así es”. En Washington DC el Departamento de Guerra
manifestó no contar con información acerca del misterioso suceso. Un vocero del
Ejército, sorprendido por el reporte de Arnold acerca de objetos volando a
2.000 kilómetros (1.200 millas) por hora declaró, 'Por lo que se ningún objeto
vuela tan rápido, a excepción de los cohetes V-2 que lo hacen a una velocidad
cercana a los 6.000 kilómetros (3.500 millas) por hora y eso es demasiado
rápido como para poder ser vistos.”
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Kenneth Arnold en su avioneta... |
En
un primer instante, y en contra de lo que pudiera parecer, por los efectos que
tendría posteriormente su observación, Kenneth Arnold nunca pensó que había
sido testigo del vuelo de naves procedentes del espacio exterior (léase
extraterrestres), sino que por el contrario, creía que había sido testigo del
vuelo experimental de algún nuevo prototipo de avión a chorro o misil de la
USAF.
Sin
embargo, la Fuerza Aérea Norteamericana, así como otras agencias
gubernamentales implicadas en la investigación del hecho, le comunicaran al
intrigado piloto que en aquellas fechas no se habían efectuado en la zona del
Monte Rainier, ningún tipo de prueba experimental. En una misiva que envió
Kenneth Arnold al Comandante en Jefe de la base de Wright Field Dayton
en Ohio se puede ver claramente su opinión inicial sobre el asunto: "Es
lamentable que no pueda proporcionar usted explicación a esos aparatos, pues
estaba convencido de que pertenecían a nuestro gobierno".
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Kenneth Arnold muestra a la prensa, en 1947, la forma de los objetos observados desde su avioneta. Aunque no se trataba ni de un "platillo volador" ni un "disco volante", la mayoría de los testigos posteriores al piloto de Minnesota observaron este tipo de ingenios voladores influenciados por la prensa de la época, que confundió la forma de desplazarse de las aeronaves vistas por Kenneth Arnold con su forma... |
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OVNI en forma de "platillo volador" observado en Idaho, el 13 de Agosto de 1947. El Sr. A. C. Urie junto a sus dos hijos, Keith de 8 años y Billy de 10 años, mientras se encontraban en el Lago Blue Ranch, en el Cañón Snake River, sobre las 13:00 horas, observaron un extraño objeto volador de 6 metros de largo por 3 metros de alto, que se desplazaba a unos 22 metros de altura y a una velocidad aproximada de 1.600 Km/hora. Los testigos, interrogados por agentes del FBI, indicaron que el artefacto era de color azul y en su parte superior poseía una potente luz roja. |
Posteriormente,
y con la noticia de nuevas observaciones, cerca de 900 avistamientos solo en 30
días después del relato de Kenneth Arnold, comenzó a extenderse las visiones de
platillos volantes por todo el planeta... y la denominada “Era moderna de los
platillos volantes” comenzó a gestarse hasta nuestros días. Aunque hay que
destacar, que hasta el año 1948 la hipótesis extraterrestre no cuajó ante la
opinión pública, creyéndose que quizás los mayores enemigos de los Estados
Unidos en aquellas fechas, los rusos, podrían ser los propietarios de aquellas
insólitas aeronaves…
Los efectos de la Distorsión
Lo
más desconcertante del incidente de Arnold, es que aunque el piloto aseguró
observar unos objetos en forma de “boomerang” o “media luna”, muy planos, sin
cúpulas, la mayoría de los avistamientos que continuaron a su relato
describían, sobre todo, artefactos en forma de platos, los archiconocidos
“platillos voladores” y además con ostensibles cúpulas. Este detalle es
sumamente interesante para nuestro presente estudio.
En
una entrevista emitida el 7 de abril de 1950,
por el periodista radiofónico Edward R. Murrow, Kenneth Arnold aclaraba
el error de los periodistas al describir su experiencia: “Estos objetos más o menos volaban como si (...) yo diría que, saltaban
como sobre las olas del mar (…) La mayoría de los periódicos entendieron mal
(...) Dijeron que yo dije que tenían
forma de platillo cuando dije que volaban como un platillo”. Aunque
curiosamente el 27 de junio de 1947, un teletipo emitido desde Pendlenton
(Oregon) recogía la información de forma correcta: “Kenneth Arnold, un veterano piloto e ingeniero de control de
incendios, se aferró tenazmente a su historia de que vio nueve aviones con
forma de media luna brillantes o misiles no tripulados volando en formación a
una velocidad de por lo menos 1.200 millas por hora sobre el monte”. Pese a
esto, la mayoría de los ufólogos perpetuaron, erróneamente, la imagen
iconográfica de que el famoso piloto había avistado 9 platillos volantes sobre
el Monte Rainer, afianzando así la creencia popular, imparable, con la ayuda
del cine y la ciencia ficción, de que estábamos siendo visitados por platillos
voladores tripulados por seres extraterrestres. Pero sin embargo, todo parece
señalar que en junio de1947, a raíz del encuentro de Arnold, se puso en
funcionamiento algún tipo de gigantesco “resorte” psíquico desconocido, orquestado
por un agente externo no identificado que entra en comunicación la mente de los
testigos, que hizo que miles de personas en el mundo observaran y tuvieran
encuentros cercanos con OVNIs. Después de la devastadora II Guerra Mundial, el miedo
a una contienda nuclear, la caída de ciertos valores religiosos y políticos,
aderezados con el auge de la ciencia ficción, pudo crear el perfecto caldo de
cultivo para la gestación de este mito
moderno, la visitación alienígena.
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El Diario de Burgos publicó el 30 de marzo de 1950 una breve nota sobre un incidente sucedido el día anterior, y que contiene notables semejanzas con el avistamiento de Arnold. "Según los informes que hemos podido recoger, a las 12:15 de la mañana, exactamente, hallándose en el aeropuerto el comandante jefe del sector de Villafría, don Esteban Ibarreche y el capitán don Salvador Ruiz Gómez Hedilla, jefe del servicio de meteorología, acompañados por el encargado del servicio de teletipos don Francisco Bescós Mombrano, sargento de transmisiones el ala volante producía un zumbido perceptible aunque mucho menor que el ruido de los aviones. La visión duró tres minutos y el artefacto, después de disminuir en velocidad notablemente, desapareció en el horizonte, internándose en las nubes, en dirección Sur-suroeste. Fíjese, cronometré el tiempo que pude tardar en buscar los prismáticos, exactamente tardé 35 segundos, pues bien, en ese pequeño lapso de tiempo, o sea hasta que volví a localizarlo, se había desplazado unos 10 Km. lo que, de acuerdo con los cálculos efectuados con el comandante Jefe de Sector del aeródromo, señor Ibarreche, hace suponer que llevaría una velocidad de 700 a 1000 Km. por hora. Insisto en que todos estos datos no son de rigurosa exactitud, sino relativos.”
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Pero
podemos ir más allá en este particular caso. Incluso podemos rastrear el
“estimulo visual”, según los parámetros de la Teoría de la Distorsión, que pudo
poner en funcionamiento un agente externo desconocido para recrear ante los
ojos de Kenneth Arnold la aparición de aquellas fantasmales aeronaves. El
piloto era propietario de una pequeña compañía dedicada a la extinción de
incendios llamada “Great Western Fire Control Supply”, y es muy probable que
hubiera leído la conocida revista “Popular Science” que en su número de enero
de 1947, ofrecía un reporte ilustrado en portada, dedicado a las “nuevas
maquinarias contra incendios”. En el interior de la revista también había varios
artículos sobre aviones y otras cuestiones relacionadas con la aviación que
pudieron llamar la atención de Kenneth Arnold para hojear o comprar el magazine.
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La revista Popular Science publicó un interesante reportaje que pudo "inspirar" la experiencia de Kenneth Arnold.
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En el interior de la revista había un amplio reportaje sobre un avión secreto del ejercito estadounidense, el XB-35. de aerodinámica revolucionaria y futurista, para finales de los años cuarenta... |
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A la izquierda, la imagen, a todo color, aparecida en la revista del prototipo de avión militar. A la derecha el OVNI observado por Kenneth Arnold. Las similitudes son mas que evidentes... |
Pero sobre todo, en las páginas de la citada revista se podía ver una
impresionante fotografía a color del prototipo de ala volante XB-35, un avión futurista
para la época. Dicha imagen pudo llamar poderosamente la atención del piloto y
quedar grabada en su memoria. ¿Fueron los objetos vistos por Kenneth Arnold una
distorsión de esta aeronave militar secreta?. Aunque esto es probable, de lo
que no cabe duda, y es un paradigma en sí mismo, es que la mayoría de los
testigos posteriores a Kenneth Arnold, influenciados por los titulares de
prensa de los primeros años, haciendo referencia a platillos voladores o discos
voladores, observaron un fenómeno que no tuvo inconvenientes en mutar su forma
externa, de ala volante a plato volador, debido a que principalmente se nutre del
inconsciente de los testigos sus creencias y anhelos. Y probablemente, la carga
iconográfica y mitológica de una posible naturaleza alienígena, venció a la “posibilidad”
de que se tratase de prototipos secretos soviéticos.
A
fin de cuentas, la visitación extraterrestre es tan sólo una “cortina de humo”
creada por un operador ignoto para conformar y ocultar su manifestación, que no
deja de ser una exquisita manipulación psíquica provocada por motivaciones
desconocidas.
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